EL MAL DE LA SEXTA CUERDA.

Me gustaría hablar del estancamiento. De la aparente carencia de ideas que todos padecemos en algún momento, del consecuente desánimo y posterior aburrimiento que esto conlleva, y algunas ideas para superarlo.
En concreto vamos a centrarnos en el terreno de la creación de melodías. Y si hablamos de "creación" hablamos de composición, arreglos y/o improvisación.

Podríamos examinar nuestra habilidad para dotar de variedad rítmica a nuestras melodías, nuestros recursos expresivos, las técnicas que empleamos, nuestro uso de las dinámicas, de las texturas, y en definitiva cualquiera de los factores que afectan al hecho de generar una melodía. Pero no vamos a empezar la casa por el tejado: hablaremos de las notas que seleccionamos para trabajar.

Quiero plantear un pequeño esquema que analiza los niveles de información implicados en el uso de las tonalidades:


1. VISUALIZACIÓN:
Los patrones que identificamos en el mástil y nos permiten acceder a las combinaciones de sonidos de forma rápida y efectiva (por ejemplo, cuando tocamos un acorde).

2. NOMBRE DE LAS NOTAS:
Literalmente, como llamamos a los sonidos. Cualquier concepto que toquemos está enmarcado en un contexto tonal, lo que quiere decir que vamos a utilizar uno o varios conjuntos de sonidos, que hemos de conocer y poder identificar para utilizarlos con propiedad. Además, son necesarios para ubicar nuestros patrones en puntos de referencia (la tónica o cualquier otro sonido de nuestra tonalidad).

3. FUNCIÓN INTERVÁLICA:
Al trabajar con tonalidades, cada nota desempeña una función específica, que viene determinada por su relación con la tónica a causa de la distancia que las separa.

4. SONIDO:
el más importante, el más difícil y el lado práctico de los anteriores tres puntos.
Hemos de poder reconocer cualquier sonido (tonalidad, intervalo, acorde o nota independiente). No estamos aprendiendo matemáticas. Haciendo música es nuestro oído quien tiene que determinar qué es correcto o incorrecto. En otras palabras, no dejes que todos los dibujos, las notas o toda la teoría del mundo te aparten de elegir las notas que realmente quieres oir.



Los cuatro puntos están íntimamente relacionados, pero por ahora solo me voy a referir al primero, dado que nuestro instrumento posee un fuerte componente visual, y si tenemos lagunas en dicha área, todo va a verse indudablemente afectado.
Ahora bien, ¿Que es conocer una tonalidad visualmente? Poder tocar cualquier modo, en cualquier tono, en cualquier punto del mástil, y ser capaz de ver las conexiones derivadas de dicho modo (sus acordes/arpegios relacionados) de forma cómoda y automática.

Vamos a empezar por evaluar nuestra habilidad para ver la red que forma una tonalidad sencilla. Puede ser cualquiera que conozcáis mínimamente. Si podéis evitar las que os resulten mas cómodas, mejor. De esa forma obtendréis resultados mas realistas en el ejercicio.
Seguro que un estudio atento de vuestras melodías revela numerosas tendencias, positivas y negativas. Curiosamente, una de esas tendencias negativas, pasa inadvertida a mucha gente, y se trata de uno de los mas comunes obstáculos y auto-zancadillas que observo en gran cantidad de mis alumnos cuando vienen a clase por vez primera.

Me gusta llamarla "el mal de la 6ª cuerda", y es la autolimitación de moverse en uno o unos pocos patrones. En concreto, en patrones que ubican la tónica en la 6ª cuerda, sobre todo en escalas, pero también en acordes y algo menos en arpegios. Tener esta referencia no es en sí algo negativo. Es el uso casi exclusivo que hacemos de ella lo que nos conduce a un mecanicismo nocivo: la repetición de los mismos patrones melódicos, el mismo tipo de fraseo, incluso las mismas tendencias rítmicas o las mismas técnicas. Y ahí tenemos sembrado el germen del estancamiento.

La música, como cualquier arte, nace de la imaginación. No tiene nada que ver con los aspectos físicos del instrumento, ni con nuestras particulares formas de proceder. Encontrar los patrones en el mástil, debería ser algo anecdótico para nosotros. Un mero trámite que nos habilita para la acción de tocar. Debemos hacer desaparecer las barreras entre las notas que imaginamos y donde están realmente en la guitarra. Y hay que aprenderlo con tal profundidad, que podamos trascenderlo y empezar a funcionar de forma intuitiva, emocional, no racional. Por supuesto, la habilidad de "no pensar" viene después de horas de estudio, repitiendo, interiorizando y desarrollando conceptos, de forma similar a alguien que aprende un idioma y llega a ser capaz de mantener una conversación, sin estar pensando si está hablando en "primera persona del singular". Eso es desarrollar un automatismo positivo, al servicio del oído, y una herramienta creativa imprescindible.

Te preguntarás qué beneficios vas a obtener de un profundo estudio visual de las tonalidades:


  • A) Ampliarás tu registro sonoro. Tus melodías no estarán limitadas físicamente.
  • B) Conocerás bien tu instrumento. Estés donde estés, no te sentirás perdido.
  • C) Las nuevas posiciones te ayudarán a tocar de otra manera. Estarás desarrollando nuevas tendencias melódicas.
  • D) Podrás tocar sobre cambios de tonos, creando melodías con modulación de una forma natural y musical.
  • E) Serás capaz de ver superpuestas diferentes opciones, y de esa manera implicar o mezclar diferentes sonoridades.
  • F) Tendrás un mapa firme y seguro en el que referenciar cualquier acorde, arpegio, escala, frase o concepto.



¿Qué estrategias puedes emplear para mejorar?


A) Memorizar cada dibujo en profundidad:

Aunque el objetivo final es "ver" el trastero en su totalidad, conviene empezar por asimilar dibujos parciales que pueda manejar bien la mano y que sean más sencillos de memorizar visualmente.
Presta atención a las posibles digitaciones incluidas en cada patrón. Por ejemplo, las escalas pentatónicas solo contienen intervalos de 2ª mayor (tres trastes) o 3ª menor (4 trastes). Esto te ayudará a recordarlos, relacionarlos y ensamblarlos para crear un solo dibujo global.
La técnica que dá el mejor de los resultados, es trabajar de forma mental, sin guitarra. Sencillamente imagina el mástil y donde se encuentran las notas del patrón que quieras trabajar. Empieza a moverte por ellas de todas las formas posibles.
Algo que a mi me funciona es visualizar las tónicas mayores dentro de triángulos, y las menores dentro de círculos. Hay quien utiliza diferentes colores. Experimenta y encuentra la manera de hacerlo que mejor resultado te dé.

Además de utilizar la memoria fotográfica para cimentar tu control visual, puedes (¿debes?) trabajar el resto de puntos mencionados anteriormente: nombre, intervalo y sonido. Todo ello sin poner un dedo en la guitarra.
Esta forma de estudiar tiene la gran ventaja de poder realizarse en cualquier sitio, sobre todo en esos momentos en los que no puedes disponer de tu instrumento para practicar.



B) Limitar la zona donde encontrar las notas de la tonalidad.

Frecuentemente, tocar dibujos completos, nos impide reconocer estructuras interiores a los patrones que manejamos.
Ponte diferentes límites y comprueba tus carencias visuales.
Por ejemplo:

-Toca las notas de una tonalidad o acorde horizontalmente en una sola cuerda, de esa forma reforzarás la unión de dibujos más pequeños y el desplazamiento por el mástil.

-Toca en diferentes grupos de cuerdas (2, 3, 4 y 5) en cualquier combinación posible de ellas (1-2-3, 1-2-4, 2-3-4, 2-3-5, 1-3-5, etc). Es especialmente útil para la aplicación de intervalos más amplios e inusuales.


C) Reconocimiento de tónicas:

Identifica en qué sitios aparece la tónica en cada dibujo. Prueba este ejercicio:

Coloca la mano en posición 5, alcanzando las tónicas con el dedo 1:

  • En la cuerda 6 La mayor.
  • En la cuerda 5 Re mayor.
  • En la cuerda 4 Sol mayor
  • En la cuerda 3 Do mayor.
  • En la cuerda 2 Mi mayor.
  • En la cuerda 1 La mayor.


Ahora las tónicas con el dedo 4 en el traste 8, siguiendo en posición 5:

  • En la cuerda 6 Do mayor.
  • En la cuerda 5 Fa mayor.
  • En la cuerda 4 Sib mayor.
  • En la cuerda 3 Mib mayor.
  • En la cuerda 2 Sol mayor.
  • En la cuerda 1 Do mayor.


Las tonalidades resultantes son indiferentes al propósito de este ejercicio. Lo que realmente cuenta es que puedas referenciar la escala deseada en el punto del mástil que sea necesario.
Ahora prueba a hacerlo con la escala menor natural y el resto de escalas que conozcas.



D) Tocar una misma tónica con diferentes tonalidades:

Esto tiene que ver con tu conocimiento de diversos modos y escalas y de su ubicación por la tónica.
Prueba a elegir una tónica en un punto, digamos Sol en el traste 10 de la 5ª cuerda. Haz de este punto tu referencia para tocar:

  • Sol Jónico (T 2 3 4 5 6 7 )


ahora bajando un semitono a la 7ª obtenemos:

  • Sol Mixolidio (T 2 3 4 5 6 b7)


Observa cómo el dibujo ha cambiado levemente. Es interesante pasar de un modo a otro con pocas notas de diferencia, para apreciar el movimiento reflejado en el mástil. Experimenta con más cambios :

  • Sol Mixolidio b13 (T 2 3 4 5 b6 b7)
  • Sol Eólico (T 2 b3 4 5 b6 b7)
  • Sol Frigio (T b2 b3 4 5 b6 b7)
  • Sol Mixolidio b9 b 13 (T b2 3 4 5 b6 b7)
  • Sol Mixolidio (T 2 3 4 5 6 b7)
  • Dórico #11 (T 2 b3 #4 5 6 b7)
  • Lidio Dominante (T 2 3 #4 5 6 b7)
  • Lidio (T 2 3 #4 5 6 7)
  • Lidio Aumentado (T 2 3 #4 #5 6 7)
  • Jónico Aumentado (T 2 3 4 #5 6 7 )


Puedes probar tantas combinaciones como escalas sepas. Quizá esto te anime a probar el uso de sonoridades nuevas y descubras cosas que te gusten. La idea es permanecer atento a los cambios en los intervalos, y como afectan a los patrones generados. Por supuesto, este ejercicio es extensible a acordes y arpegios, y debería realizarse eventualmente en todas las cuerdas. Llévalo tan lejos como te sea posible. Acaba el trabajo.



E) Tocar aleatoriamente por el mastil.

Ahora toca evitando utilizar frases o licks aprendidos. Tan solo "navega" por el mástil de forma libre. Modula a otras tonalidades y a otros modos, independientemente de donde se encuentre tu mano. Lo mejor que puedes hacer es tratar de tocar “donde no tiendes a tocar”, o sea moverte a las zonas que sientas inseguras. Líbrate de las lagunas que condicionan “donde eliges las notas”. Puedes utilizar el ciclo de 5as/4as para cubrir las 12 tonalidades en orden, o crear tu propio orden de tonalidades:


    Ciclo de 5as:
    C G D A E B F# C# G# D# A# F C


    Ciclo de 4as:
    C F Bb Eb Ab Db Gb B E A D G C



F) Enlaces:

Trabajar la unión de dos conceptos visuales unidos por un intervalo como referencia, como si superpusieras dos transparencias y vieras las notas en común de dos dibujos diferentes.


EJ1: Si estás en la tonalidad de "La mayor" puedes utilizar el arpegio que se forma en el IV grado: DMaj7 .
Ahora busca en tus patrones donde está la 4ª de la escala (D). Ya tienes un punto de referencia donde enlazar el dibujo de dicho arpegio.


EJ2: Tienes un arpegio dominante y quieres añadirle cierto color y tensión utilizando la escala alterada. Tu nuevo punto de referencia está ubicado un semitono por encima de la tónica (en la b9). Utilizando notas de la escala menor melódica desde esa nota consigues los intervalos alterados deseados : b9 b3 b11 b5 b13 b7.



Un aspecto interesante del campo de la visualización, es que es igual de aplicable a nivel principiante, intermedio o avanzado, y que es totalmente independiente del estilo (o estilos) que toques y del enfoque que le des a tu música.
Todo el mundo puede encontrar material visual nuevo e interesante en el que trabajar: tonalidades, modos, inversiones, movimientos melódicos, ritmos armónicos, combinaciones interválicas, substituciones y demás conceptos teóricos. La lista es, como siempre, infinita.


¿Todavía sigues pensando que estás estancado?